Sábado 05 de Abril de 2008.
Llegan las 16:00 y como todos los sábados toca pedalear un poco, la concentración de ciclistas en el puente es la de siempre y ya están TODAS la bicicletas alineadas y dispuestas a emprender la marcha (tal como se aprecia en la foto).
Enlazamos con la ruta de siempre (aunque alguno diga que por ahí nunca pasó) a un ritmo tranquilo . Nos desviamos del río por un atajo para llegar a los caminos de la ruta llana y ya empezamos a ver los restos de la llegada de la civilización a nuestro hábitat.
Continuamos pensando si nos vamos a encontrar a algún senderista por el camino durante la bajada hasta llegar al puente del río con estas magníficas vistas. Pero la foto engaña, el agua de este río tiene un color raro que no dejar ver el fondo, el olor es un poco sospechoso y las truchas tienen 3 ojos y saben volar . Pero bueno, encontramos una señal que avisa del peligro.
Pasamos el puente para no arriesgar demasiado nuestra salud y nos dirigimos llaneando en busca del castro. Por el camino nos encontramos con algún loco que también sale en las horas de máximo calor, esta vez pasamos del pique que no tenemos ganas y viene una subida breve pero intensa al Castro Lupario. Salimos del asfalto y seguimos las señales traídas por la civilización.
Empezamos la subida breve pero con la dificultad añadida de las piedras, no queda otra que usar la catalina pequeña y pedalear manteniendo el equilibrio por donde nos lleven las piedras.
Y llegamos a la cima para tomar un respiro a pleno sol, que ya no quedan árboles para dar sombra.
Hay unas vistas decentes pero entre el calor que hacía, el agua caliente que teníamos para beber y lo que tira subir por esas piedras no valen tanto la pena. Y toca hacer una bajada lenta, sin curvas ni apuradas de frenada. Y por último llegamos a una zona de descanso con un puente romano que si tenía sombra pero no agua fresca para beber. Después de un pequeño reposo es cuando viene la idea de llegar hasta la autovía siguiendo el camino portugués. Los dos nos habíamos fijado al pasar en coche en los caminos laterales de la autovía y las subidas pronunciadas de algún tramo. Empezamos el camino portugués un poco más allá del puente romano y vamos siguiendo las indicaciones del camino hasta encontrarnos con la autovía. Por el camino nos encontramos a alguien inteligente que si sabe vivir bien, ahí en su casa y a la sombra que es como debíamos de estar todos. Pero la desilusión nos la llevamos al ver que no eran tan bonitos esos caminos. y sobre todo que no son tan continuos como parecen. En el vídeo aparecen las fotos del recorrido que la crónica se esta alargando bastante.
2 comentarios:
Se salen los videos hay qe hacer alguno mas y a mayor velocidad qe vamos paraos
Vale, tu aguantas la cámara y grabas a más velocidad.
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