Bertamiráns-Muxía-Finisterre (parte 2)

Partimos desde el Albergue de Muxía para nuestro nuevo destino: Finisterre. Las señales amarillas ya empiezan desde el mismo albergue, parece que el camino esta indicado (el GPS está KO por falta de batería). Vamos por el medio de calles para acabar en una carretera pegada a la costa para enfilar directos hacia nuestro destino.La cosa empieza bien por carretera, nos cruzamos con peregrinos haciendo el camino opuesto. Precisamente en la misma dirección opuesta viene un peregrino en bicicleta que nos pone una cara rara, será que es extranjero. Pronto pudimos comprobar que las señales del peregrino se podían traducir en “ufff lo que acabo de bajar y vosotros lo tenéis que subir”. La subida era larga y pronunciada, no parecía acabarse nunca. Menos mal que salíamos con fuerzas después de la comida.Subimos y subimos, mientras los que iban fuertes intentaban descifrar las señales que marcaban el camino. La concha siempre señalaba al suelo y era la placa la que indicaba el camino a seguir. Entre discusiones que si había que hacerle caso en que palabra estaba la flecha, o si lo que importaba era el conjunto de palabras Muxía-Fisterra o Fisterra-Muxía, pudimos tener una subida tranquila. Al final llegamos arriba y según el perfil lo peor ya había pasado.La ruta sigue por caminos de monte sin tener muy presente las vistas del mar. Las señales eran confusas, el mapa que conseguimos en el Albergue no valía para casi nada y había que casi decidirse en cada cruce, incluso había duplicidad de señales que indicaban cosas distintas. Por aquí y por allá continuamos haciendo caso a la intuición y a la frase de Julio “de punto A a punto B”.Parecía que ya teníamos dominado el idioma de las señales hasta llegar a un pequeño pueblo. Cuando estábamos decidiéndonos consultamos el mejor Tom Tom con una señora que estaba por allí, más tarde nos daríamos cuenta del valor de sus palabras. Nos dice que el camino va por allí pero que es mejor que vayamos por el otro lado que llegamos al mismo sitio y no tenemos que cruzar el río. Un pequeño debate de cinco segundos: hay que seguir lo que marca el camino, yo no cruzo el rio, que más da si llegamos al mismo sitio… para decidirnos a seguir por lo que marca el camino que tampoco era la primera vez que se cruzaba un rio. Arrancamos y oímos de fondo “Ay que toliños estades”. Creo que todos pensábamos en que no era para tanto, estas señoras son unas exageradas. Pues toma rio¡¡¡¡ Juan el primero, Julio preguntando si se puede pasar en bici, otros descalzándose y cada uno pasando como puede.

Desde aquí continuamos hasta Lires, más o menos la mitad del camino según el cutre mapa. Hacemos una parada para un pequeño abituallamiento que nos permitió observar la belleza del lugar. Entonces decidimos darnos una vuelta por esta zona entre LIRES Y CANOSA para ver sus fuentes, acantilados, bonitas playas, casas,… Después de esto hubo que superar un fuerte bajón de moral, había que continuar¡.A partir de aquí en cada pueblo que aparecía en el mapa íbamos mirando los kilómetros que quedaban para el final, dejando algunos en duda lo de subir al faro o quedarse ya en el pueblo. No sé como, pero al final llegamos a ver el pueblo de Finisterre. Personalmente no me creía que lo que veíamos era Finisterre, pensaba en otra ilusión óptica, no me creía acabar ya con el sufrimiento. Pero realmente si que era, estábamos en territorio conocido por fin. Ya dejamos de mirar flechas amarillas y vamos hacia la playa donde ya estaba esperando el transporte para la vuelta (GRACIAS A LAS CONDUCTORAS).Quedaba la subida al faro, los kilómetros acumulados no ayudaban, además había una furgoneta para dejar la bici, ya estaba bien por hoy. Pero había gente que lo tenía claro, había que subir¡¡¡ Para no dejar lugar a dudas los decididos arrancan en bici para hacer el tramo libre del día. Al final arrancamos todos, cada uno a su ritmo. Desde atrás Toño y yo disfrutábamos de una subida tranquila, amenizada por un viento a favor, divisando en la distancia la progresión y piques sanos de los ciclistas de cabeza. Parece ser que fue una llegada en grupo sin nadie destacado.Ahora si que estaba hecho y pudimos quitar TODOS la preciada foto en el FARO. 2º OBJETIDO CONSEGUIDO¡¡¡

Increíble pero cierto.Nos volvemos a subir a la bici otra vez para bajar hacia al albergue y conseguir nuestro segundo diploma del día. Casi había que pedalear tanto bajando como subiendo, el viento de cara que antes nos ayudaba ahora le quitaba emoción a la bajada. Que profesionalidad en el Albergue de Finisterre, un diploma manuscrito con el nombre de cada uno, no como en Muxía que te lo dan en blanco para que pongas tú el nombre.Los previsores que tenían ropa para cambiarse pasaron a la única ducha por tres euros mientras los demás iban agrupando las bicis para meter en la furgo de Juan. Menuda capacidad de maletero, 5 personas y siete bicis sin problema. Los demás en el coche de Julio y vuelta para casa que se estaba haciendo de noche.

Como resumen y según mi cuenta: 120 kms desde Bertamiráns, 9 horas 25 minutos pedaleando. Una media normal a pesar de que el tramo Muxía-Finisterre fue en primera.