8ª Ruta de Vimianzo

WELCOME TO PARADISE cont.

Se puede decir que la asistencia cabruna fue escasa pero suficiente, y aún por encima solo uno con el equipaje oficial. Pero bueno, somos los que estamos y como estamos.

Aunque salimos un poco más tarde de lo esperado llegamos a Vimianzo antes de lo esperado para una vez allí ponerse a la cola de los dorsales. Por pedir, se podría pedir un poco más de agilidad en la entrega de dorsales aunque la espera se hizo amena. El primer problema era como poner los dorsales-pegatina y no perderlos en el camino debido a que la condición para recibir el regalo era la entrega del dorsal a la vuelta¡ Nos preparamos para recibir el sol en la piel, suministros varios y directos para la plaza del ayuntamiento plenamente preparados para la salida.

Primero unas presentaciones de dos conocidos de la Ruta del Agua que se están iniciando con mucha pasión en este mundo. Luego tras el discurso del Sr. Alcalde al que no se le guardó mucho silencio, aunque si hubo aplausos al finalizar, buscamos una buena posición para la salida entre los 260 participantes. Ni delante ni detrás, en medio dejando demasiado "escombro" por delante je je. Salimos por las calles del pueblo ordenadamente y sin prisas, esperando por los conocidos pero nos metimos en el monte si avistarlos, ni a ellos ni a nadie conocido.

Ya en nuestro hábitat, vamos despertando entre atascos provocados por el escombro. Aquí Anxo se encarga de dar una clase de cómo pasar un charco sin bajar el ritmo, mientras otros se bajan de la bici por no mancharse. Poco a poco vamos adelantando posiciones y mejorando el ritmo. Demasiado ajetreo para el dorsal de Anxo que se pierde en el camino, adiós regalo? je je, no recuperamos su dorsal pero si dos más de otros. Ya tenemos dos comodines en caso de problema. Por si acaso, el mío pasa al interior de la mochila.

Durante la marcha había dos opciones según la dificultad, flecha amarilla ruta normal o flecha naranja ruta corta. En el primer cruce la ruta amarilla te mandaba por una subida rocosa y estrecha, con el premio de divisar un precioso dolmen del que Anxo se percató al pasar a su lado. La subida era lenta, en fila india, con mucha gente poniendo pie y parando a los demás. Nos defendimos como pudimos sin poner pie casi hasta la cima, Anxo encontró un carril de adelantamiento y pudo subir del tirón, pero la mayor parte nos quedamos parados en alguna ocasión y pierdo el contacto con el equipo. En la cima ya empezamos a disfrutar de buenas vistas del mar y un poco más adelante me encuentro a Anxo mediando en un accidente entre dos ciclistas: típico que adelanta y arrolla al adelantado con el resultado de muñeca dañada y varios rascazos. Con la situación medianamente resuelta, empezamos la bajada y al poco rato hay un reagrupamiento al llegar al asfalto.

Se da otra vez la salida por una bajada de asfalto, con la carretera cortada en un carril pero por el otro coches de frente. Nada peligroso pero por lo menos avisar, no? A final de la bajada, otra vez al monte empezando con otra buena subida, esta vez ancha y lisa. Durante la bajada nos alguno adelante, en la primera subida varios misiles pidiendo paso y nosotros a lo nuestro. En la subida Anxo marca ritmo, en los llanos me deja mandar y así vamos viendo caras conocidas de momentos anteriores, la cosa se va animando. Estamos cerca de la costa, subida a una pequeña colina para bajar hacia la playa por un sin camino de arena dónde nos encontramos con mis conocidos. Parada a divisar las vistas en pleno campeonato gallego de surf según comentarios de Anxo. Bordeamos la costa por un camino rocoso y en la siguiente esquina por fin llega el avituallamiento en el kilómetro 20.

Al principio sólo líquidos en abundancia y bien frescos, Perfecto. Más tarde se acerca una furgoneta, al poco abre puertas y la gente se agolpa a sus puertas. Mmmmm, comida. Una pequeña espera, algo de civismo, estiramiento de mano para conseguir aquaurius, sándwich y plátanos. Requeteperfecto. Podría ser mejor el reparto, pero creo que no es problema de la organización y si más de las ansias de los participantes. Estamos frente a una bonita cala ,rodeados de ciclistas y disfrutando de un tranquilo momento. Todos menos uno, que está impaciente por emprender la marcha, me pide las llaves del coche, busca una buena posición de salida y hasta la meta no lo vuelvo a ver: duchado, con regalo, comido y cansado de esperar.

A partir de aquí cambio la compañía por la de mi invitado a esta ruta. La ruta va pegada a la costa por todo tipo de caminos de perfil llano, pasarela de madera, rocoso, arenoso, tierra con raíces, y un pequeño tramo de cantos rodados no apto para la circulación. El calor se nota con sensación de cruzar un desierto (que incordio la mochila¡). El aroma del mar esta presente hasta llegar al Camelle. Cojemos una larga subida por carretera, con tráfico abierto. La subimos en modo de ahorro de energía pensando en lo que quedaba, sabia decisión que creo que Anxo no tomó. Nos metemos otra vez al monte, pista ancha y lisa pero sin dejar de subir y subir. Subida largaaaa y tendida en la que vamos cogiendo altura con un paisaje de montañas de grandes rocas y otra vez vistas lejanas del mar. Ya va quedando menos según mi cuenta kms. Al fondo se ve gente subiendo por una enorme rampa y nos entra el pánico, pero justo antes esta la flecha naranja de ruta corta y la amarilla de ruta normal con la curiosidad que la naranja te manda a la rampa y la amarilla cuesta abajo. Consulto con mi colega y vamos por la amarilla, las fuerzas están justas pero la rampa asusta. Pero había trampa, la ruta amarilla baja para luego subir por tremenda rampa en la que decidimos parar a un pequeño picnic.

Reanudamos la marcha para coronar la rampa y disfrutar la bonita bajada de curvas de horquilla con el firmamento resbaladizo y lleno de marchas de guerra recientes. Todo lo que baja sube y nos obliga a gastar las últimas fuerzas por subidas largas y tendidas entre un bonito paisaje. Parece que Vimianzo no llega, empezamos a enlazar asfalto con caminos entre fincas, por orillas de un rio para POR FIN llegar a destino sanos y salvos.

Recogida del regalo en la talla que quedaba, ducha en agua fría, aún quedaban restos de comida y bebida, para dar fin a esta aventura.

Creo que buena ruta, no de las fáciles, buenos paisajes, buena organización y buen ambiente. Se tiene que repetir¡