Érase un domingo de tarde lluvioso, el típico para quedarse en casa y mirar por la ventana como llueve. Pero NOOOOOOOOOOOOOOOO¡¡¡¡ el vicioso me tiene que llamar para andar en bici a las cuatro de la tarde, que son más horas de una siesta que de salir en bici.
Pero claro, el vicio es duro y hay que ir dejándolo poco a poco.
En 20 minutos salimos y coincide que deja de llover. Con el objetivo de no hacer una vuelta larga vamos al sitio de siempre, al COTO¡¡¡¡¡¡
Como es vuelta corta toca hacer pruebas de resistencia, nada de catalina pequeña y hasta que el cuerpo aguante. La subida del pueblo bien, luego por la ladera hay tiempo de recuperar.
Llega el asfalto y se nota las pruebas de resistencia anteriores. Subimos un poco y llega el momento de decidir, atajamos o alargamos un poco? Vista la hora y tras un breve diálogo decidimos alargar subiendo a la caseta por el asfalto.
Ayyyyyyyyyyyyy que empinada es esta cuesta y con este nuevo trazado me quitaron el llano para coger fuerzas. Pero llegamos¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Luego por la cima hasta la bajada de las piedras para poner a prueba la técnica. Y así hasta el cortafuegos que ahora esta liso y sin dificultades (queda pendiente hacer la prueba de si es subible).
Ahora ya esta todo hecho, casi podemos llegar a casa sin dar a pedal. Pero nos queda la bajada del pueblo¡¡¡¡¡¡¡ Empieza Anxo delante con malas intenciones, le sigo como puedo esquivando el barro de su rueda y el de la mia sin ver demasiado. El capullo pensaba que iba muy sobrado y se dedica a hacer un derrape para la galería (cruzado, con la pierna fuera,...) pero cuando siente mi derrape cerca se deja de tonterías que aún queda la prueba del muro. Esta vez no llegué a tiempo para tirarlo contra el muro, se la sigo guardando para otra ocasión...
Luego para casa tras una inesperada vuelta de poco más de una hora.
Y justo cuando estamos entrando en casa empieza a llover, esto es suerte¡¡¡¡¡¡
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